viernes, 14 de enero de 2011

EL FANTASMA DE LA ESTANFLACIÓN GOLPEA NUESTRA PUERTA

El último dato sobre el repunte en Baleares del IPC cae a plomo sobre nuestra cesta de la compra. Mientras España columbra ya el espectro de la estanflación, -esa situación económica que por definición indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento del desempleo y el estancamiento económico-, los empresarios de las islas y sus homólogos han quedado marcados a fuego. Va a ser para ellos harto difícil hacer frente a los mercados emergentes de otros países y, por ende, el ciudadano sufrirá aún más si cabe las consecuencias. Es la pescadilla que se muerde la cola.

EL informe del INE lo deja muy claro: el pasado año el Indice de Precios de Consumo cerró con un aumento a nivel estatal del 3% -un 2,7% en las islas-, dejando el poder adquisitivo de las familias por los suelos. Es el nivel más alto desde julio de 2008. La subida de los carburantes, el tabaco y las bebidas alcohólicas, ha influido de manera decisoria, y se traducirá mal que pese en un encarecimiento de los préstamos y créditos hipotecarios. El Euríbor no perdona. Este mismo viernes se ha registrado su mayor subida diaria en más de tres meses. En el Banco Central Europeo se escucha ruido de sables.

No hay así comunidad autónoma que se salve. En el Archipiélago vamos cuesta abajo, por debajo de la media, con una tasa en el aumento de los precios del 0,5% durante el pasado mes de diciembre con respecto al mes anterior. Lo único positivo, si es que lo hay, es que estos datos de inflación obligarán a poner al día los salarios de los trabajadores, dependiendo claro está de los convenios colectivos a los que estén sometidos… El Gobierno, mientras tanto, trata de ponerse a bien con los sindicatos, más que nada para lavarse la cara y parecer presentables en los próximos comicios.

Zapatero puede escudarse ahora en que todo les ha pillado de improviso, que el Fondo Monetario Internacional falló en sus pronósticos, que la subida de las materias primas era impensable, o en lo primero que se le ocurra. Lo cierto es que este país no está preparado ante esta situación, y que seguimos pagando un 0,8% más por un mismo producto europeo. Liberalizar la economía no es cosa de dos días. Reducir el sueldo de los funcionarios, congelar las pensiones, suprimir el cheque-bebé, bajar el sueldo un 15% entre los miembros del Gobierno, y otras zarandajas como los recortes en la inversión pública o retrasar la edad de jubilación, no van a ninguna parte. Sí. La reseñada estanflación está llamando a la puerta. ¿Hay alquien ahí?


Publicado en El Digital de Baleares

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